12/6/10

LOS DELINCUENTES, LA NÉMESIS, Y EL FRACASO DE LA FUNCIÓN DE LA PENA


LOS DELINCUENTES, LA NÉMESIS, Y EL FRACASO DE LA FUNCIÓN DE LA PENA
                                                                                 AUTOR. CÉSAR MIGUEL OCAÑA RAMÍREZ
Cesare Lombroso, Antropólogo Italiano, en una de sus magníficas obras denominada: “LOS CRIMINALES”- (la que por sus teorías pretéritas como la del “criminal nato”, las características físicas delatoras, el medio ambiente social y otras, ya no son tomadas en cuenta judicialmente)- cita, una de las interesantes frases analíticas del profundo Garófalo: “LA OCASIÓN NO HACE AL LADRÓN, LO REVELA”.
Luis Miguel Bramont-Arias Torres, penalista Peruano, destaca dos tipos de criminología: La Clásica y La Crítica; la primera, inspirada en el maestro Lombroso, seguida por Garófalo y Ferri, sostiene, que el delincuente tiene características físicas determinadas, y nace predeterminado para cometer delitos, aplicando en la actualidad muchos de nosotros este tipo, pues cuando vamos por la calle y vemos que una persona con cicatrices en el rostro, viene frente a nosotros y se nos está acercando, procedemos a alejarnos y a ponernos a buen recaudo. Y la segunda, que es aplicada actualmente en nuestro país, a la persona que comete un delito debidamente adecuado en la ley penal.
El excelso maestro Español: Luis Jiménez de Asúa, enseñó magnánimamente en una de sus extraordinarias obras intituladas “El Criminalista”, repartida en veinte tomos, que el crimen; es la negación del sentimiento de solidaridad, asimismo, que la peligrosidad delictual y la peligrosidad predelictual, se da en los individuos delincuentes que representan un peligro, y en aquellos sujetos que son proclives al delito, respectivamente.
La irrefrenable coyuntura delictiva que se está suscitando en nuestra sociedad y que mantiene atemorizada a la población, es un tema que realmente pareciese no tener solución. Asesinatos, violaciones sexuales, lesiones graves, extorsiones, y muchos ilícitos más, perpetrados por el bodrio antisocial, son motivo harto justificado del superlativo temor de la ciudadanía, para salir tranquilamente y con seguridad a la calle, como antaño era factible.
Es así, que mediante este breve artículo, no pretendemos con lo antes referido por los maestros- ya que no tenemos autoridad para hacerlo- revalidar el supuesto origen delincuencial de los enemigos de la paz y de la seguridad ciudadana, empero, resulta óptimo tenerlo tal vez como referente, cabiendo precisar la obstinación de este tipo de individuos para agredir diurna y nocturnamente a las personas.
Los delincuentes, resultan ser la inseguridad de la sociedad en que vivimos. Y para intentar paliar su ofensiva incontenible, se han incrementado las penas, para ver si estas cumplen en realidad con sus funciones; como la prevención, protección y resocialización. Cuando a un procesado se le impone una sentencia condenatoria y esta queda firme, quiérase o no, ya es un delincuente, y la prevención especial en él, intenta operar para que no vuelva a cometer otro delito, y esta pena aplicada, busca disuadir, intimidando también a los demás sujetos delincuentes, a los proclives a la delincuencia, y demás personas, a no cometer ilícito penal alguno, pues de lo contrario, se les impondrá una pena como la impuesta al ya condenado, buscando que actúe así, la prevención general.
¿Dónde podemos ubicar la ineficacia de los medios, para contrarrestar el ataque y avance de las temibles bandas de asaltantes, asesinos, violadores, extorsionadores, y secuestradores entre otros?
Algunas penas previstas en las leyes penales con sus respectivos beneficios se han incrementado, pero aún así, también se ha incrementado la criminalidad ¿Es que la pena resulta ineficaz para defendernos de los criminales?
Muchas veces, las labores de inteligencia de los miembros de la PNP, han logrado capturar a sanguinarios criminales, aún a riesgo de sus propias vidas. pero posteriormente son liberados por fiscales y jueces timoratos, los mismos que no cumplen su verdadera labor persecutoria y sancionatoria respectivamente ¿Valoran los justicieros, el arduo trabajo de investigación de la PNP, al dar comparecencia simple o restringida, a quienes han hecho de su modus vivendi, la habitualidad criminal?
El verdadero sentido resocializador en los Establecimientos Penales, siempre ha sido y será por muchísimo tiempo en nuestro país, una interminable quimera ¿No nos equivocamos ingenuamente al confiar en la reinserción de los delincuentes a la sociedad, dada la destructiva política postergatoria a este respecto y que viene de los de arriba, y se enclava en los propios centros de reclusión?
La carencia de trabajo, problema profundo de índole político, social y económico de nunca acabar, es uno de los principales generadores de la pobreza y el resentimiento humano. Este contexto vivencial de las personas ¿Acaso no los empuja ojerizamente con seguridad, a golpear criminalmente a sus víctimas?
La educación, empezando desde la familia del potencial delincuente, y cuyos principales “educadores” son en su mayoría los propios padres, dedicados al tráfico ilícito de drogas, al asalto, al asesinato, etc. Es un medio que requiere una extensa y radical aplicación, como posible prevención a futuro.
Lamentablemente, hemos llegado a una etapa de nuestras vidas, en que la hemorragia delictiva, tiene que ser repelida por todos los medios legítimamente inexorables y a inmediato plazo, si deseamos al menos reducirla, defendiéndonos al unísono con los mecanismos para evitarla de alguna manera a futuro.
Cuando un sujeto actúa al margen de las normas penales (no robar, no matar), y le quita el patrimonio y posteriormente la vida a su víctima, no debe ser merecedor de ningún beneficio premial, al menos eso estimamos.
Actualmente con el nuevo Código Procesal Penal, la confesión sincera y la solicitud de una audiencia de terminación anticipada antes de la acusación fiscal, reducen considerablemente la pena- (la sexta parte acumulable a la tercera parte por debajo del mínimo legal, que reciba por confesión sincera)- que debe merecer el procesado como lógica retribución, (lamentablemente es un derecho del imputado) por otro lado, los beneficios penitenciarios como la semilibertad y liberación condicional, resultan antagónicamente un jugoso premio para los habituales delincuentes, pues al imponérsele como némesis, una Pena Privativa de Libertad de 10 años, el asesino o asaltante (cuyo delito es acogible a la redención de la pena), calcula velozmente su tiempo de estancia carcelaria. Diez años de pena privativa de libertad, equivalen a 120 meses, y acogiéndose de acuerdo al delito, al Beneficio de Semilibertad (Tercera parte de la pena), estaría en la calle nuevamente en unos 30 meses y 20 días, y al Beneficio de Liberación condicional (Tres cuartas partes de la pena), equivalente a 40 meses y cuarenta días, adicionándole a ambos, los retardos por él trámite procesal, pero no cumpliría la pena completa.
Los Establecimientos Penales son en un 90%, caldo de cultivo y perfeccionamiento de peligrosos delincuentes, que una vez alcanzada la libertad inmerecida, vuelven al ataque, reincidiendo, y reclutando nuevos adeptos al mundo del crimen, que bajo la ocasión y las circunstancias dan inicio a su habitualidad y reiterancia. UNA PREVENCION, ASI FRACASADA.
El incremento y endurecimiento de las penas, para los delitos cometidos por los misántropos, debería obligar a todos los encargados de Administrar Justicia, a actuar e imponer cuando corresponda, las sanciones condenatorias sin contemplaciones, lo que no debe ser tomado como revancha, sino como la adecuada y justa retribución (JUSTICIA).
Un individuo asaltante, asesino y traficante de Drogas, que mató a un joven trabajador de 20 años, fue condenado por la Sala Penal Especializada, a 10 años de Pena Privativa de Libertad, el delincuente ya interno en el Establecimiento Penitenciario de Río Seco, amenazó a la madre del occiso diciéndole; Que pronto saldría y le daría muerte por haberlo denunciado. En su momento este criminal lleno de tirria y odio, e inflado en un ambiente atiborrado de negatividad, abandonará el presidio. UN PELIGRO ENTRE MUCHÍSIMOS PARA LA SOCIEDAD, UNA PROTECCIÓN Y UNA RESOCIALIZACIÓN FRACASADAS.
Sería extensivo abarcar cada uno de las causas de frustración de los medios para enfrentar a la delincuencia, pero sería plausible entonces a cortísimo plazo, apostar- en los delitos que mantienen en zozobra a la población y ciudadanía- por la imposición de largas condenas, y la eliminación de los beneficios penitenciarios, que hacen inoperante el castigo y sus utópicos objetivos, aún a ruego del criminal, estos no lo hacen cuando la víctima les suplica por su vida, y se la arrancan salvajemente sin escrúpulos, destruyendo no sólo al ofendido, sino a su entorno familiar.
Con esto no pretendemos tampoco argumentar, que es un medio capaz de intentar menguar a la brevedad la criminalidad (podemos errar), pero procuremos buscar las soluciones inmediatas para lograr sumergirla en un candente aniego, ya que el incentivo de la educación, del trabajo y de la prevención no judicial, requiere de un largo plazo. Tal vez cuando usted o yo, hayamos sido víctimas de estos indignos de la vida, y arrojados inhumanamente en la calígine de la inconsciencia.
Non, nisi parendo, vincitur- No se la vence sino obedeciéndola.

PUBLICADO EN REVISTA "VISTAZO"

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