15/3/13

EL CADAVER


EL CADÁVER - I PARTE

                                                                  MIGUEL OCAÑA RAMÍREZ

“Cuando la muerte nos cierra los ojos, algo nos los debe abrir hacia una vida infinita” 

Y es que con premura y desapercibida rapidez, la luz y las tinieblas llegan consecuentes e inseparables, y cual agua cristalina que como lágrimas desde lo alto caen, aparece la vida conocida.

En unos se recibe con regocijo, y en otros con tristeza.

Respira en la materia, lloriquea, se levanta…, y entre innumerables sucesos continúa su camino, pero en todos se tropieza, sufre, y cae…, y llega el día en que el agobio y la pena abren paso a la oscuridad que apaga la interina felicidad.

De pronto, gritos desesperados laceran el alma humana y saturan la desgracia, y entre pesares y cavilaciones, se recibe a la muerte.

El torrente, que enrojecía la vida, se detiene en la más frígida tristeza, abriendo paso a la rigidez  que atemorizante se presenta con su amoratada palidez.

Es la inefable disipación de la aparente alegría.

La mirada se petrifica inaudita frente a la figura inerte de lo que ya no tiene movimiento, de lo que parece dormir y que ya no despertará…, es la no reacción a nada.

La sonrisa, las palabras y el milagro de vivir se derrumban en detrimento del sol que se apaga y de la luna que desaparece en nuestro corazón.

Con el cadáver, todos los sinceros sufren a su manera.

Unos exaltados  y  confundidos,  pero con el perdón de la infinitud, levantan su voz de protesta ofendiendo al cielo por el inefable arrebato, otros más serenos y tiernos, oran con su interior lanzando hermosas palabras a la eternidad, para que con misericordia reciba al que abandonó este mundo.

Encerrado en una caja mortuoria, se hace presente la guarida terrible de nuestro penúltimo refugio. El olor, el color de la inexistencia, y el rostro de la sustancia muerta bajo el tétrico vidrio del óbito, impacta en algunos aún vivos.

Rodeando el catafalco, bellas flores que dejan de ser, pasan a formar parte del ambiente mortuorio, y el fin del portento nos sumerge en nuestro sino.

Ante el cadáver y a su alrededor, sólo queda visible la vida finita.

Más allá…, y distanciados del festín doloroso de la muerte, algunos observan lejana la tragedia sin pensar que a todos golpea y que esta no se desenlaza de nadie.

Los rostros lastimosos, los diálogos consolables de una muerte que aún no conocemos,  y  los recuerdos casi sólo benevolentes del que ya no existe más, son parte del nefasto momento.


EL CADÁVER- II PARTE

                                                                             MIGUEL OCAÑA RAMÍREZ

…Ante el cadáver, el brillo material que en el inconsciente perennizamos,  se nos deslumbra y apaga para siempre, pues el cadáver, consecuencia del mortal asalto de la sombra invisible que inexorable nos acompaña desde el nacimiento y nos destruye sin compasión, enciende la llama del  sufrimiento. 
Eh allí que los pensamientos, ante la presencia del frío cuerpo, nos refrescan la nimiedad y la cristalidad del exterior humano, de lo material, de lo que no se puede llevar la energía eterna.
Alrededor de la cita mortal, pasamos a formar parte de la parafernalia de un final aún ajeno.
Cerrado el aposento de la muerte, y haciéndose más pesado con el cuerpo ya sin vida, es llevado por algunos creyentes, hacía su aparente purificación espiritual, que es el rito religioso.
Vuelven el dolor, los recuerdos, y el profundo pensar, ¡ya no hay vida, ya no hay sueño, ya no hay nada!, ¿qué somos?, solo hay materia desligada de la perfección y del portento divino. 
Terminada la cita religiosa, y tapado nuevamente en el funesto cajón, se levanta en hombros y es llevado lentamente hacia su última morada.
Dentro de la oscuridad, solo queda el cadáver, y por fuera, la marcha fúnebre, por dentro, el rostro frígido, rendido y avasallado del que ya no tiene vida conocida. Ya con el cadáver ante el último recinto, corren las lágrimas, las alocuciones, las remebranzas, la incredulidad y los rezos, luego el encierro o el entierro.
La tristeza invade in crecendo, y solo queda bajo el cielo, el triste episodio de la vida y de la muerte.                

 



4/8/12

EL DUENDE DE LA CASCADA



EL DUENDE DE LA CASCADA

                           DEDICADO A MI PADRE: ROLANDO OCAÑA RAMÍREZ, QUE UN DÍA PARTIÓ AL CIELO.

                                                                             MIGUEL OCAÑA RAMÍREZ

¡Siempre escucho que hablan del duende!, ¿Cómo es el duende?, ¡Quiero conocer al duende Papá!

Aquellas frases impetrantes, fueron la insistente petición del pequeño niño, hijo de uno de los hombres más ricos de Canchaque, y ¿Por qué no decirlo, de la vieja Piura?

El joven padre del pequeño gran primogénito, era propietario del único  alambique, en el cual se destilaba el aguardiente y la primera, bebidas alcohólicas que se extraen de la caña de azúcar.

¡Le diré a los peones que mañana mismo te lleven a ver al duende!- fue la respuesta del padre a su pequeño retoño.

Varios peones y jornaleros estaban bajo su mando.

Al llamado de Don Néstor, el joven dueño de la destiladora, uno de sus trabajadores se le acercó.   

¡Mande usted Señor!

Quiero que mañana, cuando caiga el atardecer, lleven a mi hijo a la cascada donde aparece el duende, me ha dicho que quiere verlo.

¡Se hará como usted mande Señor!...

Entre las bellas luciérnagas de la oscuridad de la noche, el croar de las ranas y el criquear de los grillos, llegó al día siguiente, la tarde que se acababa…

Los peones, debían emprender acompañados del pequeño niño, el largo camino para llegar a la cascada en donde se veía al duende.

En medio de la frialdad del clima, de las quebradas, de las afiladeras y de las montañas, y a punto de caer la noche, llegaron al destino en el que  debería estar el duende, para que el hijo del amo lo viera.

Ya parados con el niño adelante, frente a ellos estaba la bella cascada.

¡Mire niño!, ¡Mire!- Le dijo uno de los jornaleros ¡Allá en la cascada!, ¡Allá está el duende¡, ¡Mírelo niño!, ¡Mírelo!...

El niño, curiosísimo por su deseo de ver al espíritu juguetón, y mirando al lugar que se le señalaba, no lograba ver a ningún ser extraño.

¡No veo nada!, ¡No veo ningún duende!

Sin embargo, observó un sensacional espectáculo:

El agua de la cascada, que con fuerza caía colisionando con las piedras de la parte baja que formaban una hermosa quebrada, se detenía por momentos en el aire, a casi un metro de distancia, y se esparcía extraordinariamente hacia los costados, como si su curso natural fuera obstruido por las palmas de unas manos invisibles que jugaban con ella, el agua caía, golpeaba normalmente las piedras y nuevamente se suspendía en el aire para ser esparcida a los extremos.

¡Ese es el duende que está jugando en la cascada! Le dijeron los jornaleros.

En algunas piedras, después de tan bello acontecimiento, cerca a la caída de agua, el pequeño, bajando y acercándose, observó unas raras defecaciones amarillas, muy similares a las yemas de los huevos, que atribuyó a los duendes.             


                         


         

23/7/12

LOS DUENDES Y LAS MONEDAS


LOS DUENDES Y LAS MONEDAS

                                                      Miguel Ocaña Ramírez

                                             DEDICADO A MI PADRE: ROLANDO OCAÑA RAMÍREZ, QUE UN DÍA PARTIÓ AL CIELO.

¡HIJOS DE P..., CONCHAS DE SU M...!, exclamaba con fuerza y a viva voz el valiente familiar canchaqueño, quien era conocido por no  temerle ni al mismo Satán.

¡YA ME TIENEN COJUDO JALÁNDOME LA COLCHA Y TIRÁNDOME COJUDECES TODAS LAS NOCHES…!

Los espíritus juguetones, aquella oscura noche de sueño en el antiguo aposento de barro y tejas a dos aguas del viejo serrano, habían ya colmado su paciencia, allá, en lo alto de la bellísima sierra piurana. 

Sobre su cuerpo habían impactado pequeñas piedras acompañadas de silbidos burlones de "seres imaginarios", alterándole su tranquilo y nocturno descansar.

¡CARAJO…, TÍRENME PLATA MIERDAS Y NO ME JODAN…!- gritó desesperado el impávido montañés, entre el vacío negro turbado por la nada y la perturbación espiritual.

De pronto…Y después de una silenciosa, oscura y breve interrupción, cayeron sobre él y por el suelo, monedas de oro, bellas y valiosas como la antigüedad.

Ante su auditivo reconocimiento por el sonar del precioso y rico metal, el robusto hombre, ávido por hacerse de las mismas, una vez encendida la lámpara de keroseno, procedió emocionado a recogerlas.

Al dirigirse a su baúl, donde guardaba su dinero en moneda y para acaparar sus tesoros, grande fue su sorpresa al saber que los metales de oro y plata que le habían arrojado los duendes, eran las que tenía en su vieja bujeta y que le habían sido sustraídas por los trasgos para mofarse de su avaricia…  


EL FLORIPONDIO QUEMACEREBROS


EL FLORIPONDIO QUEMACEREBROS

                                                 MIGUEL OCAÑA RAMÍREZ

                                           CUANDO LAS NUBES NEGRAS DE LAS OSCURAS NOCHES OPACAN LA LUCIDEZ HUMANA, ES  DIFÍCIL RETORNAR A LA BUENA RAZÓN”. 

ENTRE EL ÁGAPE DEFORMADO, Y LA CONVERSACIÓN CON DOS CABEZAS INCINERADAS, SOBRE LOS RECUERDOS DE UNA PEQUEÑÍSIMA PARTE DE LA PRETÉRITA VIDA QUE YA ES VETUSTA, Y POR BOCA DE UNA DE ELLAS, TAL VEZ MÁS CREÍBLE, (DADO SU TESTIMONIO PRESENCIAL) QUE LA DE LOS DEMÁS ALUCINADOS QUE DEJARA LA DENIGRANTE DROGA, AQUELLA NOCHE CONSEGUÍ LA VERDAD SOBRE LO QUE REALMENTE OCURRIÓ EN LA HISTORIA DE UNO DE LOS TRISTEMENTE CÉLEBRES CONSUMIDORES DE LA DESTRUCTIVA CANNABIS SATIVA, Y PRINCIPALES BEBEDORES DE LA CORRIENTE VENENOSA DEL FLORIPONDIO, QUE CONVIRTIÓ POSTERIORMENTE SU VIDA, EN UN NEFASTO FESTÍN DE VESANIA Y LOCURA.   

A LO MEJOR LA CURIOSIDAD, O A LO MEJOR EL VICIO APEGADO A LA DILUIDA VOLUNTAD DE LOS DROGADICTOS, LLEVARON A NUESTRO OSCURO PERSONAJE, ALLÁ POR LA DÉCADA DE LOS AÑOS SETENTA, A BEBER INFUSIÓN DE FLORIPONDIO (ARBOLITO SOLANÁCEO DEL PERÚ. CUYAS FLORES BLANCAS EN FORMA DE EMBUDO, MIDEN UNOS 36 CM DE ANCHO).

EN EL VECINDARIO, CONOCÍAMOS LOS NO CONTEMPORÁNEOS DEL ORATE, QUE ESTE, AL HABER INGERIDO FLORIPONDIO, SE HABÍA DESNUDADO COMPLETAMENTE, SACUDIENDO SU GRANDE GENITAL A LA VISTA DE LA GENTE, PARA CAMINAR ALREDEDOR DE UN CONOCIDO PARQUE DE RECREACIÓN, INICIANDO A PARTIR DE ALLÍ, SU LÚGUBRE VIDA DE LOCURA Y VAGABUNDEO EN EL MUNDO DE LAS MENTES APAGADAS Y ALUCINANTEMENTE ESTRELLADAS.

EMPERO, AQUEL TESTIGO OCULAR, CREO QUE DE MUY BUEN CORAZÓN, DE ROSTRO EXAGERADAMENTE ENJUTO, HUECUDO Y HORRIBLE, MALTRATADO POR EL TRANSCURRIR DE LA VIDA, EL CONSUMO DE DROGA Y LA CARIES, Y ANTE MI INSISTENCIA DE SABER QUÉ FUE LO QUE PASÓ- CONTRARIANDO AL MEFÍTICO Y CALVO MIRMIDÓN, QUE CON SUS NEURONAS MORBOSAS METÍA LENGUA IMPERTINENTE PARA CONTAR EN FORMA TERGIVERSADA TODO LO QUE SE LE OCURRÍA EN SU APRETADO CEREBRO- LE REFIRIÓ LO SIGUIENTE:

“NO FUE ASÍ, YO VI TODO, PORQUE YO VENÍA DETRÁS DE ÉL, ERAN APROXIMADAMENTE LA UNA DE LA TARDE, EL LOCO VENÍA DEL COLEGIO, NO RECUERDO MUY BIEN SI YA ESTABA POR TERMINAR LA SECUNDARIA O AUN LE FALTABA UN AÑO DE ESTUDIOS. IBA CAMINANDO POR LA VEREDA DEL PARQUE, CUANDO FRENTE A LA CASA DE UNO DE LOS VECINOS MÁS ANTIGUOS, SE PARÓ EN FORMA EXTRAÑA, TIRÓ SUS CUADERNOS SOBRE LA ARENA, ALLÍ DONDE DEBERÍA HABER CÉSPED, SE QUITÓ LA CAMISA, PARA MÍ QUE ALUCINÓ QUE ESTABA EN SU CUARTO, EN PLENO SOL, SE SENTÓ Y SÓLO SE BAJÓ EL PANTALÓN HASTA LOS MUSLOS, PERO NO ENSEÑÓ SU GENITAL, SE LE TUVO QUE AVISAR A SUS FAMILIARES PARA QUE SE LO  LLEVARAN A SU CASA, LUEGO LO LLEVARON  AL CREMPT, DE DONDE SE FUGÓ A LOS CASI TRES MESES, SU CEREBRO QUEDÓ QUEMADO DESDE ESE DÍA”.

EL CONTANTE Y ALGUNOS MÁS, SIEMPRE MANIFESTABAN QUE EL LOCO OCUPABA UNO DE LOS PRIMEROS PUESTOS, QUE ERA MUY INTELIGENTE Y DESTACABA ADEMÁS COMO UN GRAN DEPORTISTA EN EL COLEGIO.  

YO LO CONOCÍ DESDE MI ADOLESCENCIA ALLÁ POR LOS NOSTÁLGICOS AÑOS OCHENTA, COMO UN TIPO APARENTEMENTE NORMAL, DE BUEN HABLAR, AFICIONADO AL FUTBOL, A LAS PELÍCULAS Y REVISTAS PARA ADULTOS, Y DE ALGUNA MANERA A LAS AVES DE COMBATE.

SU VIDA TRANSCURRÍA SIN LA MÁS MÍNIMA IMPORTANCIA, SENTADO DESDE TEMPRANAS HORAS DE LA MAÑANA EN UNA VIEJA BANCA DE CEMENTO Y GRANITO DE LIGERO AMARILLO, UBICADA EN LA MITAD DEL PARQUE, MIRANDO CASI SIEMPRE HACIA EL NORTE.

NO PUEDO NEGAR QUE CUANDO SALÍAMOS A LA CALLE DESDE TEMPRANAS HORAS, NOS ACERCÁBAMOS A ÉL PARA CONVERSAR Y REÍR CON SUS OCURRENCIAS, LLEGADA LA HORA DEL ALMUERZO, PRESUROSO REGRESABA A CASA DE SUS ABUELOS PARA “DESTROZAR” LAS OLLAS.

POR LAS TARDES, ERA RARO VERLO EN AQUELLA BANCA, PUES A ESAS HORAS SE ENCLAUSTRABA PARA NO SALIR HASTA EL DÍA SIGUIENTE.

JAMÁS LO VI LIBAR O FUMAR DROGA, “CONSCIENTE” A LO MEJOR POR LO QUE LE HABÍA PRODUCIDO A SU CEREBRO, SÓLO UNA VEZ CAYENDO UNA NOCHE ACOGEDORA Y TRANQUILA, LO VI FUMANDO UN CIGARRILLO AL PIE DE LA ACERA DE DONDE AÚN VIVE, PERO SÍ VARIAS VECES ENSEÑAR UFANADO SU MIEMBRO VIRIL, OCASIONANDO LA RISOTADA  DE LOS QUE ESTÁBAMOS CERCA DE ÉL. 

SU COMPAÑÍA Y SU MAYOR DE LAS VECES HILARANTE CONVERSACIÓN (CON SU MENTE IMPREGNADA DE UNA LATENTE DEMENCIA LISTA PARA REAPARECER Y ENSALZAR EL PODER DESTRUCTIVO DEL FLORIPONDIO QUEMACEREBROS), RESULTABA MUCHAS VECES AGRADABLE, ERA RISIBLE Y GRACIOSO VER COMO PASABA EXTRAÑAMENTE EL ÍNDICE DERECHO DE SU MANO REGORDETA POR LOS LABIOS DE QUIEN SE SENTABA A SU LADO, Y MÁS AÚN, CUANDO SE RETORCÍA DE NERVIOS Y GOLPEABA FUERTEMENTE CON SUS DEDOS DE LA MANO, LOS MUSLOS DE QUIENES GOZÁBAMOS EN PANTALONES CORTOS, DE UNA PELEA DE GALLOS, RIÉNDOSE A CARCAJADAS POR EL GOLPE REPARTIDO, CONTAGIÁNDONOS DE ALEGRÍA POR LA JOCOSIDAD DE AQUEL ACTO, CUANDO VEÍAMOS A LA INFORTUNADA “VÍCTIMA” DEL GOLPE DE AQUELLOS RECIOS DEDOS, RETORCIÉNDOSE DE DOLOR.

FUI UN RECEPTOR VARIAS VECES DE AQUELLAS RARAS CONDUCTAS.  

CIERTO DÍA, NO VOLVIÓ A SALIR COMO NORMALMENTE LO HACÍA, SU MENTE HABÍA SIDO SUBYUGADA NUEVAMENTE POR EL EFECTO DEL QUEMACEREBROS, CREO QUE PARA NO ENCENDERSE MÁS, SE HABÍA OSCURECIDO NUEVAMENTE, Y ESTA VEZ, PARECE QUE “PARA SIEMPRE”.

LAS ARDIENTES NUBES NEGRAS DE LA LOCURA QUE LE TRAJO EL FLORIPONDIO, LO QUEMARON A LA FECHA.

SEGÚN ME NARRÓ EL TESTIGO DE LENGUA NERVIOSA Y TAMBIÉN VIEJO CONSUMIDOR DE  CAÑAZO, NO FUE EL ÚNICO QUE BEBIÓ LA PLANTA VESÁNICA, “OTRO QUE TAMBIÉN LO HIZO” ME DIJO- “YA ESTABA EN EL CIELO, Y UNO MÁS, QUEDO RAYADO, Y ESO ESTÁ COMPROBADO, HASTA HOY SE LE PUEDE VER, TRISTEMENTE FRACASADO”.

ESPORÁDICAMENTE ALGUNAS MAÑANAS, NUESTRO LUNÁTICO AMIGO PASA MUY TEMPRANO, VISTIENDO SU PANTALÓN SUCIO Y REMENDADO MÁS ARRIBA DEL OMBLIGO, Y SUJETADO CON UNA CUERDA, CASI NO RESPONDE A NUESTRO SALUDO Y LLAMADO.  ALGUNAS VECES PARECE ENFADARSE, MIRÁNDONOS CON MUCHA RABIA, Y CUANDO SÍ SE ACERCA, NOS EXTIENDE SU MANO Y NOS HACE SABER LAS IMAGINACIONES MÁS INAUDITAS QUE SÓLO EN UNA MENTE INSANA PUEDEN EXISTIR, ENSEÑÁNDONOS ADEMÁS SUS DIENTES DESTRUIDOS Y VERDOSOS POR LA FALTA DE ASEO, ESPERANDO QUE SE NOS ALEJE LO MÁS RÁPIDO POSIBLE.

ES MUY GRACIOSO VERLO ENTRE LAS SOMBRAS DE LAS PSIQUES LABERINTOSAS, MANIFESTAR EN SU REACCIÓN EL TERRIBLE TEMOR QUE LE TIENE A LOS PERROS, INCLUSO A LOS MÁS PEQUEÑOS, A LOS QUE LES CEDE MUY ASUSTADO LA VÍA DE SU CAMINAR, DESDE MUY, MUY LEJOS...        

12/9/11

TRALLAZOS CONSTITUCIONALES Y ABERRANTES DECISIONES JUDICIALES.

TRALLAZOS CONSTITUCIONALES Y ABERRANTES DECISIONES JUDICIALES.                                                               ABOGADO: MIGUEL OCAÑA RAMÍREZ
                                                             No es necesario conocer las leyes de memoria.
                                                                           Es necesario sí, saber interpretarlas.                    
En el coso jurídico, sabemos que el Tribunal Constitucional, es el máximo intérprete de las leyes  y en consecuencia, por lógica dominante, el más autorizado órgano exegético de las mismas. Esto, para su correcta aplicación y comunicación. Es así, que en base a este sencillo introito, y sobre todo, en atención a la paupérrima y nada argumentada realidad decisional, expedida por la mayoría de operadores judiciales, nos vemos alentados a tratar este tema: “Trallazos Constitucionales, y aberrantes decisiones judiciales”, con sus ineluctables equivocaciones obviamente- que por nuestra propia condición y propensión a errar- peticionamos sean excusadas y comprendidas. 
Uno de los bellísimos mandamientos del Abogado, del gran Eduardo Couture, nos dice: “Que el derecho se aprende estudiando, y se ejerce pensando”. (Entiéndase: ¡Estudiando!, no sólo el derecho, sino todo lo que alimente, prolifere y enriquezca nuestra obligada preparación relativamente integral, para poder ejercerlo, defenderlo y aplicarlo con precisión, humanidad, argumentación, y acorde a su realidad y significación).
El trallazo; nos enseña el DRALE; es el golpe dado con la tralla (cuerda o soga), y es también, una trencilla puesta en la punta del látigo para que restalle, es decir, para que haga un ruido fuerte y brusco. Por otro lado, las leyes, para los que nos dedicamos tanto a la abogacía, como a la licenciatura en Derecho, sabemos que para ser correcta y humanamente aplicadas, tienen que ser interpretadas teleológica y sistemáticamente (1), teniendo como sólido e insoslayable cimiento, a la Constitución Política del Estado.
Siendo así, en forma breve y por cuestión de espacio, haremos conocer genéricamente y sin entrar en rebuscados detalles que nos lleven al tedio, una decisión medianamente repetitiva en el ámbito judicial, y que refleja el divagado actuar de un buen porcentaje de “jueces”, que pecan por exceso de incapacidad mental, para interpretar dinámicamente las leyes,(Donde se establezca el real alcance y sentido de una norma y su verdadera voluntad objetiva, con el propósito que esta, no sea contraria a los valores y fines del derecho y particularmente al valor superior del ordenamiento jurídico, que es: LA JUSTICIA (Método de la actividad hermenéutica). Para esto, tómese en cuenta también que cuando un juez expide su fallo, lo hace: Administrando “Justicia” a nombre de la Nación:
CASO GENÉRICO: Una demanda de amparo, fue interpuesta ante un Juzgado “Especializado” en lo Civil, conforme a lo que establece el artículo 42° de la Ley N° 28237- Código Procesal Constitucional. Esta acción, fue declarara inadmisible por el despacho antes indicado, a fin que se subsane una omisión advertida- (Cual era, el no haber acompañado la resolución debidamente certificada por el secretario, y sobre la que recaía la demanda constitucional)- dentro del plazo concedido, con el apremio según lo suscrito por el “Juzgador”, de archivar la demanda en caso de incumplimiento. Esta, naturalmente al ser subsanada (contrario sensu), lógica y razonablemente, sería admitida a trámite conforme a los términos de la propia resolución del juez.
Como una chirigota a la majestad constitucional y al debido proceso, sorprendentemente al ser cumplido dicho mandato judicial, el “Juez” rechaza liminarmente la demanda, declarándola improcedente: “porque no procedía su revisión a través del proceso de amparo” (Simple y mediocre manera de evadir a la fecha, el trabajo de pensar, conforme a lo que está detrás y encima de la Ley, y de acuerdo a la realidad, y no en atención a la limitada lectura del cuerpo superficial de las normas positivas- (Art° 47 del citado Código Procesal Constitucional). Al ser burlado abusivamente el derecho del actor, se procedió con legítima facultad, tanto penal y administrativamente en contra del “magistrado” (2), optándose por estrategia y cuestión de tiempo, por solicitar la devolución de los anexos, con el propósito de presentar la misma demanda ante un nuevo despacho  jurisdiccional, respecto del que se confiaba, tuviere como base para la verdadera y estricta disquisición de la justicia, un plausible conocimiento del espíritu de la Norma Constitucional, material y formal respectivamente.
En claro manifiesto de la medianía de los muchos impartidores de Justicia, mediante resolución inmotivada nuevamente, se rechaza liminarmente por improcedente, la nueva demanda (sobre los mismos hechos). Impugnándose conforme al amparo del derecho a la doble instancia, para que sea revocada por la Sala “Especializada” en lo Civil. La que ratificando la inoperatividad para el razonamiento constitucional y judicial, confirmó la recurrida, optándose (en atención al evidente y nocivo vicio, tanto del A Quo como del A Quem), por presentar el Recurso de Agravio Constitucional, a fin, que sea elevado al Tribunal Constitucional, órgano que posteriormente, en uno de sus correctos fundamentos, sostiene: Que este Tribunal no comparte el criterio adoptado por las instancias precedentes, por el cual se rechaza liminarmente la demanda, habida cuenta de que el tema planteado por la recurrente constituye materia constitucionalmente justiciable, en tanto la controversia gira en tomo a la supuesta vulneración, entre otros derechos, del derecho a la propiedad Y, Que por ello, en la tramitación del proceso constitucional se advierte la existencia de un vicio procesal, consistente en no admitir a trámite la presente demanda. Y es que su tramitación hubiera permitido valorar si, en efecto, se lesionó o no el derecho a la propiedad. En consecuencia, resulta de aplicación al caso el artículo 20° del Código Procesal Constitucional, que establece que si la resolución impugnada ha sido expedida incurriéndose en un vicio del proceso que ha afectado el sentido de la decisión, debe anularse y ordenarse la reposición del trámite al estado inmediato anterior a la ocurrencia del vicio”. REVOCANDO la resolución recurrida de fecha 26 de abril del 2010 y la expedida por el Quinto Juzgado Civil de Piura, de fecha 23 de diciembre del 2009. DISPONIENDO, que se admita a trámite la demanda de amparo, integrándose a la relación a todas las partes del proceso o terceros con interés”. TRIBUNAL CONSTITUCIONAL- EXP. N 02192-2010-PA/TC. MESÍA RAMÍREZ, CALLE HAVEN, y ETO CRUZ- Lima, 30 de noviembre de 2010.
Por cuestiones de una inimaginada casualidad determinista, digámoslo así, la demanda regresó al Juzgado de Origen, a donde había sido rotado el “magistrado”, que en principio  rechazó liminarmente la demanda, a pesar de haberse subsanado la omisión ya indicada Ut Supra. Entonces ¿Es constitucionalmente aceptable, que este mismo “magistrado”, luego de haber sido denunciado y quejado, se avoque a la mencionada causa y por ende, esté en sus manos resolver  una necesaria y justa medida cautelar a interponer, una vez admitida la demanda principal, la que se admitió consecuentemente y por orden del TC, luego de casi dos años de brega constitucional? (3) (Téngase en consideración, todo el excesivo tiempo, que tendrá que transcurrir para su culminación, con el propósito que se declare el justo derecho del accionante).  Absoluto peligro en la demora o periculum in mora del proceso principal (Demanda de amparo). Injusticia generada por los dislates, disparates, desatinos y atrocidades de los “jueces”, que hacen de la supuesta Administración de Justicia, su modus vivedi.   
Ante todo esto, tengamos en cuenta, que no es constitucionalmente tolerable, tener que recurrir y llegar hasta el Tribunal Constitucional, para que después de tanto tiempo e incluso producida ya la grave afectación del derecho- sea un decomiso, incautación, embargo, remate de un bien, u otros- se deje sentado a través de los trallazos que le dan a los “jueces” por su limitada aptitud interpretativa, enseñándoles que antes de aplicar una ley, reconozcan la vigencia supralegal de las normas constitucionales, y más aún, aprender a interpretar las leyes, para no expedir resoluciones tan viciadas, intonsas, incoherentes y temerosas, que sólo sirven para engrosar la hilera de las medianas decisiones judiciales, y que son la verecundia de la Justicia.
Si son tan importantes y correctas lo que hemos llamado, trallas constitucionales (enseñar a interpretar y argumentar las leyes), dado que el Tribunal Constitucional en forma tácita, golpea y latiguea la ineptitud judicial, que es la causa de aberrantes resoluciones. También debería ser sancionable económica y funcionalmente esta incompetencia, que no sólo ocasiona un grave daño al demandante, sino a la sociedad en su conjunto, para que esto sea el reflejo del restalle, como inexorable némesis constitucional.
1. Correcta interpretación, que enseña en sus cátedras, textos, y estupendas clases de maestría, el destacado magistrado y jurista Dr. Giampol Taboada Pilco.  
2. Como suele suceder con casi todas las denuncias penales y quejas administrativas, contra los “jueces” tanto en la ODCI del MP y en la ODECMA del Poder Judicial, estas son archivadas, por el catastrófico espíritu corpóreo, que infesta la decaída independencia judicial, con mediocridad.
3. Este “magistrado” al haber sido denunciado penalmente y quejado, fue recusado, para que se aparte del conocimiento del proceso, solicitud que aceptó. Y al remitirse a un nuevo juez, este lo elevó a la Sala Civil para que decida, la misma que declaró improcedente dicho apartamiento, devolviéndosele la demanda. Inicua decisión, por creerse ingenuamente, que el magistrado es independiente, y que por eso no descargará su natural resentimiento para poder resolver con honestidad. Hilarante y arbitrario actuar. 

18/6/11

TRISTEZA Y DOLOR- OBRA YA EDITADA - CÉSAR MIGUEL OCAÑA RAMÍREZ


TRISTEZA Y
DOLOR
AUTOR:
MIGUEL OCAÑA RAMÍREZ

PIURA-PERÚ
2010





                                         Con el más profundo amor, a la imperecedera memoria de Rolando Ocaña Ramírez y de César Díaz Ramírez, las personas más importantes que han marcado mi vida en este mundo, y que aun en sus peores momentos, me enseñaron en palabra  y  en obra, que el temor tiene que ser deshechado radicalmente: “DOMINUS DEDIT DOMINUS ABSTULIT, SIT NOMEN DOMINI BENEDICTUM” 
A mi madre y a mis hermanos, y a los que estuvieron siempre a  nuestro lado.   
A todos los que sufren enfermedades incurables, y que son maltratados por algunas retrogradas mentes galenas.
A los que han sido y son atacados por la terrible depresión.
A todos, con el infinito amor de Dios.        

Hay estrellas que brillan con más luminosidad que otras, en la oscuridad del cielo. Que cuando llega la noche, deja su bello color celestial, y que sólo basta buscarlas con la mirada para saber que allí continúan, y que aun rodeadas de tinieblas, nunca se apagarán.    

PRÓLOGO DEL AUTOR

Una extraña percepción me inquietaba aquella mañana, como nunca, me llamaba ir hacia él, deseaba verlo, besarlo, y esperar como siempre confiado en su impresionante fortaleza emocional, que todo acabara de una vez y que volviera a casa. Era bueno alejarlo de ciertos enemigos de la salud.
A punto de llegar a su lecho hospitalario, una llamada en el tránsito me comunicaba que había sido llevado de emergencia a otro vapuleante sitial médico de ciertos inhumanos, alucinados dueños de la salud y la vida de los enfermos, de aquellos que no piensan que la enfermedad, el pesar, la agonía y la muerte, son exclusividad pura de todos los seres humanos.
En la puerta de salida de emergencia del hospital, los empleados de las funerarias, cual canes moribundos de hambre, se me ofrecían con sus tarjetas mortuorias como la de mejor calidad y atención…Uno de los corruptos varones de la muerte me llevó hacia ellos ¡Que nefasta es la vida en esos momentos!
El psiquiatra y escritor José Ingenieros, nos dijo que: “Las pequeñas virtudes son usuales, de aplicación frecuente y cotidiana, estas virtudes, sirven para distinguir al hombre bueno del hombre malo”.  
Dios, no ha creado el cuerpo material para mantenerse solo, sus manos divinas están dentro de él, en el interior de nuestro corazón, y cuando se levantan y se alejan, el cuerpo ya no puede sostenerse sin ellas.
Cuanto quebranto y pesar me invaden al recordar todo lo sucedido aquel día, ver sin vida el cuerpo de mi padre. Pero, no teníamos otra alternativa que refugiar la pena del corazón, pensando en que él estaría viéndonos, sin poder verlo ya jamás en esta vida. 
Como me dolía verlo expuesto bajo el vidrio del ataúd. Ya nada sería igual. Quería estar a su lado, acompañándolo y amándolo donde él estuviera. Nada aliviaba nuestra pena de hacernos a la idea de nunca más volver a verle.
Tomas de Kempis, nos dejó una obra fabulosa: “IMITACIÓN DE CRISTO”, para poder aprender la manera de cómo llegar a él, haciéndonos meditar sobre la muerte.
He creído conveniente relatar estos hechos que amalgaman la realidad de nuestras vidas, con el fin de tomar consciencia que, “Donde menos se piensa salta la liebre”, y es en esos momentos en que por la enfermedad podemos caer en manos de algunos de “Los renegados de Asclepios”, que han descendido irremediablemente a la insensibilidad e inescrupulosidad humana, opacando la excepcional intervención de los buenos discípulos de Hipócrates.
La finalidad de esta obra- como diría José León Sánchez- no es sembrar la amargura sobre un recuerdo pasado. Es una invitación para meditar en el futuro.
Diría yo, para meditar en el presente, en cuanto a lo que nos puede llegar.      
                                                                                                                          MIGUEL OCAÑA RAMÍREZ 

                                                    I
Con el alma genuflexa, llegó la apoteosis de la desgracia.
La tristeza y el dolor, habían emprendido su inexorable labor. El lamento, y la ineluctable afrenta a la vida del cuerpo, vinieron por añadidura.
Sábado de ardencia, pasado apenas el mediodía en una tarde invernal, jamás esperada.
Dime ¿Qué haces metido allí?
¿Por qué tu rostro está muy pálido?
Ya no duermas demasiado, anda ¡Levántate! Déjame ver otra vez tus bellos ojos y nárrame una linda historia, enséñame todo lo que conoces, tú sabes que eres mi mejor amigo, que te amo demasiado y no deseo que te apartes nunca de mí.
¿Por qué estás triste y callado? Sonríe y contéstame por favor.
No dejes que mi corazón se derrita más en llanto.
¡Levántate por el amor a Dios! ¡Levántate! 

  
II
Su agradable y bondadosa sonrisa, se mezclaba y se confundía casi siempre con sus generosas e inteligentes bromas, amaba la naturaleza, el campo, el orden, la tranquilidad y el merecido respeto. No era oficioso conocerlo con facilidad para darse cuenta que el hombre que amaba también el sol, la luna, las estrellas, que gustaba de reír, de estar alegre, de no hacer daño a la gente y de no claudicar ante nada, estaba herido:
“Llegará un día nos decía con su sapiencia y humanidad, en que será un delito más grave; el cortar un árbol, que el matar a una persona”.
¿Qué intentas decirme? -Le pregunté un día de aflicción.
Dímelo por el amor del cielo, estoy para oír y escuchar el sonido de tus melodiosas y atractivas palabras. 
Con su voz esforzada, agotada y casi apagada -Me hizo saber lo siguiente:
                     -Te amo tanto como tú a mí, y por eso quiero demostrarte en esta oportunidad, que a pesar de las desgracias, la vida se tiene que vivir hasta lo último, hasta que Dios lo disponga, y no hay por qué tener miedo ni lamentarse de lo que nos ocurre, debes saber que la vida empieza cuando muchos creen que ya se terminó…

No te imaginas cuanto me duele verte así -Le respondí, y no me acostumbro a que el más grande de mis amigos se vaya acabando de a pocos, y tenga que alejarse algún día ¿Dónde te buscaré después? ¿Cómo haré para encontrarte?
Me contaron que aquel domingo estival de ardiente oscuridad, cuando tu amoroso y buen hermano se marchó para siempre, lloraste demasiado ¡Oh Dios mío! ¿Cómo se habrá recrudecido tu dolor en el secuencial día de luna desvaída y ojerosa, y en las consecuentes exequias para su lamentable e increíble despedida física?
No aguantaría verte deshecho en lágrimas, no puedo imaginarte así, yo también lo hice en soledad con mi propio pesar, sentí lamento y tormento, le amaba tanto como a ti te amo, nunca debió desaparecer, no debió morir ¿Tú no te vas a morir verdad?
                    -Yo sé que estoy bien -Me dijo con mucha convicción, los buenos médicos me han dicho eso, además puedo controlar mi mente que es lo más importante, y sé cómo hacerlo, no te preocupes, siempre he sido fuerte y me sanaré.

Pero, no te vayas por favor, no quiero que la única estrella que me queda, deje de brillar en el firmamento, nada será igual sin ti ¡No me dejes todavía! 

                   -Me siento cansado -Me dijo con lentitud, trataré de dormir un poco y después cuando me levante, seguiremos conversando, ahora ayúdame a voltearme y colócame correctamente la almohada que yo solo no puedo.

De inmediato lo haré -Le manifesté, pero te pondré más al centro de la cama, estás muy al borde y te puedes caer, agárrate de mí y déjame que te levante, sabes que para cuidarte y servirte me siento fuerte, jamás te dejaría caer, aunque temo lastimarte por la fragilidad de tu cuerpo. 
Las condiciones de su fuerte afección orgánica, me hacían sentir los fustazos y trallazos de la perversa y exprofesa injusticia de la vida, y pensaba que, “cuando  la tristeza se enclava en el alma, esta no repara en manifestarse físicamente en quien la padece, nos transforma en el vivo sufrimiento, que sólo puede entender y comprender uno mismo. Sería maravilloso cerrar los ojos, caer en un profundo sueño... Luego, despertarse sin haberla sentido y dejarle abandonada y olvidada en el mundo de las pesadillas, pero, todo eso en este mundo, sólo sería un sueño”.


III
Durante los últimos años, pude verle con el dolor de los ojos del corazón, al pretender conciliar un sueño que se le tornaba imposible casi todos los días.
De pronto amanecía, y sus párpados estaban hinchados otra vez, sus ojos brillaban mucho, parecían enmelados y tenían color amarillento, su mirada afectada por la grave lesión hepática, se perdía en un espacio somnoliento, tristísimo e inconsciente.
Mirándolo fijamente y para mis adentros -Le decía: No nos hagas sufrir más por favor, ya no queremos verte así ¿DÓNDE ESTÁS MI SEÑOR? 
Siempre que le veía cargado de debilidad, no soportaba mi ansiedad, y  tratando de conversar con Dios en mi interior, derramándole miles y miles de lágrimas, ya vencido y resignado, le suplicaba también en mutismo, que al menos le diera fuerzas para que pudiera sobrellevar el peso de su enfermedad.
No te vuelvas a levantar inconscientemente en las madrugadas. Puedes volverte a caer -le expresé. Sé que es muy difícil para ti, pero trata de avisarnos de alguna forma antes de hacerlo.
Es que una vez de madrugada y ante los gritos de mi madre, te encontramos en el suelo, estabas muy pesado, te habías caído y lastimado el tabique al golpearte fuertemente con la mesita de noche ¡Que dolor tan grande fue verte en ese estado!
Tu carita de niño ensangrentada y tu ya frágil muñeca dislocada, empalaron y espetaron superlativamente lo que me quedaba de corazón…
¿Por qué no me dejas gritar con fuerza para que Dios escuche nuestro sufrimiento? Ya no aguanto más, tú sabes que también estoy enfermo y todo está lleno de tristeza en la mente y en los corazones de los que estamos en esta casa.
Deseo estar solo, la angustia y la ansiedad me han invadido nuevamente, ya no soporto más… La depresión que me ataca es un infierno, no quiero ver ni escuchar a nadie, no quiero que me miren, quiero encerrarme, me estoy quemando por dentro ¡Ya no se qué hacer! 
Pero tú… Intenta dormir por favor, cuando me sienta bien  vendré a verte.



IV
De pronto pasaban los días, las semanas y los meses, y la delgadez le seguía subyugando y oprimiendo tanto como a mí, sin embargo, él me demostraba majestuosamente que no le temía a nada, en cambio yo, vivía encadenado al miedo y a la depresión.
¡Enséñame a enfrentarme a él amigo mío!

  
V
Son casi las siete y treinta de la noche ¿A dónde crees que vas? Estás mal, no puedes salir solo y en esas condiciones a la calle, pero ¿Quién fue incapaz de impedir que salieras? Vamos, mejor te llevaré de vuelta, estás extraviado y no dejaré que vayas sin rumbo, te puede pasar algo, regresemos a casa, hazme caso, todos deben estar preocupados por ti ¿A dónde quieres ir?
Por favor, ustedes dos ayúdenme, vayan y traigan a mis hermanos, es que se ha puesto muy recio y obstinado y no puede ni responderme.
¡Entiéndeme! Si no puedes ni siquiera hablar ni decirme a dónde deseas que te lleve ¿Cómo quieres que te deje ir? A la gente perversa que no te conoce ni te quiere, no le interesa tu vida ni tu bienestar, menos  respetarán tu situación, pueden  asaltarte o atropellarte, estás desorientado y no sabes lo que quieres, además no estás en capacidad de salir ¡Entiende! Volvamos a casa, ya es de noche y es muy peligroso…
No te enfades conmigo por favor, sólo quiero que descanses y estés a nuestro lado, acuéstate.
¡Encefalopatía desgraciada! ¿Cuándo te irás dejándolo  tranquilo?
“Llegada  la ansiada noche, para quienes el ánimo se nos desestabiliza y desnivela por temor, desilusión o alguna pena, buscamos la tétrica compañía de la oscuridad, en la que deseamos sumergirnos y arrastrarnos, pensando en que la vida debería acabar de una vez, y que nada ni nadie tiene sentido para nosotros, y es en esos momentos en que anhelamos el nunca amanecer, para seguir agazapados en la calígine de la soledad, que nos condena a estar atrapados a la espera de alguna luz lejana, que venga inmersa en  la humana comprensión  y en el paciente auxilio de los que nos aman y entienden de verdad”    
¿Por qué tuvo que amanecer tan rápido, y peor en tinieblas?
No quería que llegue la mañana, prefiero la noche y la oscuridad.
Todo está peor, mi mente y mis pensamientos acabarán con mis nervios y conmigo mismo ¿Por qué Dios mío?
Pero igual, tengo que ir a verle, le abrazaré y le diré que lo amo más que nunca, que cada día que pasa lo admiro más y más…
Estás despierto por lo que veo -Le dije.
¿Cómo has amanecido? No has dormido otra vez ¡MALDITA ENFERMEDAD! Sé que no lo has hecho bien, tus ojitos lo delatan, están enrojecidos y amarillos, tus párpados nuevamente inflamados ¡SANTO CIELO! Y esa odiosa ascitis que no sé de dónde diablos aparece, te sigue destruyendo.
¿Dónde estás señor, por qué no escuchas nuestras oraciones? ¿Por qué desvías tu mirada de nosotros?
Con aquella voz que despertaba el dolor ajeno -Siempre me hacía saber que sentía malestar en la cintura.

                    -¿Podrás darme unos masajes? -Me preguntó.

Estoy bajo tus órdenes -Le respondí, lo haré de inmediato, y eso que lo poco que hago por ti es nada para todo lo que tú me has dado. Te friccionaré primero las piernas con este ungüento, después tus pies y luego toda tu espalda.
Cuando lo hacía, yo cerraba mis ojos y con mucho amor pensaba en su recuperación, con mis manos le sobaba casi todo su deteriorado cuerpo, y orando, me imaginaba extrayéndole todos sus males para que sean expectorados.
Mis ansias de verle curado, me hacían olvidar que no tenía autorización ni poder para lograr tamaño milagro.
¡Tus piernas están hinchadas! Y cuando las presiono con las yemas de mis dedos, quedan hoyuelos que retardan en volver a su estado anterior, las palmas de tus manos se están resecando, tus antebrazos y tus brazos se están descarnando ¿Cómo estarás sufriendo?
Ahora descansa un momento.


VI
Cada día que llegaba, después de las más oscuras noches, esperábamos verle mejor, pero todo se entristecía con su declive.
Cuando amanecía, era el momento de suministrarle su medicina. Abre la boca –le decía algunas veces, eso es, así… Muy bien...
Te llevaré al baño…Pero primero déjame colocarte tus sandalias.
Ahora sí, abrázame que también te abrazaré para poder levantarte.
Con fuerza ¡Arriba con fuerza! Bien.
Vayamos por el pasadizo, despacio, no te caerás, voy a tu lado, te tengo asido con mis manos, sé que estás mareado, pero conmigo al costado, nada ni nadie te derribará.
¡SANTO SEÑOR! Todo su vientre se ha endurecido, y día a día crece más, tendrán que punzarle de todas formas, pero eso no es lo que él quiere.
¡Dios bendito¡
Ya en el baño, hundía algunas veces la palma de mi mano y la llenaba de agua, echándole en su boca para que pueda enjuagarse y cepillarse los dientes.
Mientras lo hacía, se observaba fijamente en el espejo, como resignándose valientemente y con temple a la situación que le tocaba vivir. Su rostro ya enjuto, le daba una delicada apariencia y su mirada, era el fiel reflejo del cansancio y de la más pura tristeza. 
¡Cuánto me hiere el alma!        

                   -Mira -Me dijo, mis encías están sangrando.

Pero a mí también a veces me sangran cuando me lastimo, es algo normal, no te inquietes –le dije a la vez.
Déjame que te lave las manos, te echaré agua en el rostro para jabonarte, cierra los ojos, así… Ya está, toma la toalla, pero mejor yo te secaré... 
Ahora tienes que miccionar, ven conmigo te ayudaré para que no hagas mucho esfuerzo o ¿Tal vez deseas hacerlo solo?

                   -No, no hay problema -Me respondió.

¡POR DIOS! Su hernia sigue creciendo y sus glándulas genitales también se han agrandado enormemente, el líquido está invadiendo internamente todo su cuerpo, he escuchado que le ha llegado a sus pulmones ¿Por qué tuvo que pasarte esto, si te veías tan saludable?
Volvamos a tu cuarto -Le dije.
“Que necesario es  en estas circunstancias, acatar la enseñanza de un sabio, para asumir el realismo de no envanecerse por la grandeza o  hermosura del cuerpo, que a  la más leve enfermedad, se corrompe y se afea”.
Te cogeré para que no te resbales, camina estoy contigo. 
Ya en su alcoba, le ayudaba a sentarse en la cama… Una vez allí, le hacíamos tomar la medicina que le faltaba.
Allí va, abre la boca, ya está.
Ahora, antes de acostarte te pesaremos, te pararé en la báscula con mucho cuidado, agárrate de mí.
Estás pesando sesenta y cinco kilogramos, has subido -le dije ¡DIOS MÍO! Pero si es el líquido que se le acumula en el abdomen lo que le da peso. Tendré que decirle que está bien.
La semana pasada marcabas sólo sesenta kilos, tu estatura es casi un metro ochenta, poco a poco recuperarás tu peso.
Ahora desayunarás, todo está ligero, y conforme a la dieta de los buenos médicos que te han examinado para que no vomites, a excepción de los que te hicieron sufrir, cuando llegaste a sus  manos, y que no los pienso olvidar. El primero de ellos, tan torpe e incapaz, proyectó matarte antes que lograr aliviarte, y el segundo, corto de inteligencia como de sus mellados dedos, te ofendió delante mío, cuando aludió groseramente tu enfermedad, sin reparar que para un ser humano enfermo, es muy triste que aquel galeno en el cual se deposita las esperanzas de curación, nos enferme más, con palabras infestadas de pesimismo e ignorancia. 
                                            VII
Ya terminaste, recuéstate en la cama, despacio, así… Déjame acomodarte la almohada debajo de tu cabeza, quiero que estés lo más cómodo posible, te colocaré también otra debajo de tus piernas para que estén en lo alto y pueda circular mejor tu sangre, después te acolcharé para que no sientas frío y sigas reposando.
¿Sabes? Pronto alcanzaré a que te den lo que te negaron económicamente durante tantos años esos inescrupulosos inhumanos, tú para mí has sido el mejor, y les daremos una lección, te lo prometo por el inmenso amor que te tengo. Sólo confía en mí, ya verás.
¡Como se me parte el corazón y el alma se me enferma más al verte así! No hay mejoría ni portentos divinos, me siento mal otra vez, me enclaustraré ensimismado en mi aposento y me convertiré en un mar de lágrimas, todos los días tengo que caer en lo mismo para evadir aparentemente mi inaguantable temor.

  
VIII
Los mañanas oscurecían, las tardes tenían un frío mortal y las noches cada vez se hacían más negras de la pena y el dolor.
Nuevamente estoy aquí para verte, y quiero contarte algo:
Hoy como todos los días, al encerrarme en una celda infernal con barrotes de fuego, que intentan incinerarme hasta el alma. Tuve un sueño fugaz: Me vi en las relativas profundidades de un cristalino mar, con agua extraordinariamente transparente, abriéndome camino a manotazos de nado y con una paz jamás sentida.
Frente a mis ojos abiertos dentro del agua más pura y clara, vi que venían caminando hacia mí, un par de divinos, perfectos y luminosos pies, tuve que abrir los ojos y despertar, no de miedo sino de emoción e impresión, fue muy lindo -le dije:

                   -Seguro que eran los de nuestro Señor -Me respondió.

Ha sido un sueño muy impresionante, jamás debí abrir los ojos.
                  
                   -Escúchame -Me dijo, tú sólo puedes ver mi físico, pero no lo que en realidad ahora soy por gracia de Dios.
                    Por favor, cierra tus ojos y quiero que me veas en tu interior como siempre has querido verme. No interesa si todo se te oscurece al comienzo, sólo abrázame con fuerza, con el amor más grande que tengas en el alma, como si no me fueras a ver nunca más.

No me digas eso, que me duele el corazón, -Le repliqué. 
                  
                  -Cierra tus ojos y cuando estés conmigo no sentirás ninguna pena -Prosiguió, sé que estás sufriendo mucho, tendrás que paliar tu dolor y vencer el miedo para que algún día se disipen…

Al cerrar los ojos como me lo pidió, me dieron inmensas ganas de llorar, lloré y lloré, como aquellas nubes oscurecidas y cargadas de pesar, quería en realidad que me llevara con él, a donde  tuviese que ir, no me importaba nada más que su compañía, y sentí que me hablaba, pero esta vez lo escuchaba perfectamente y con el corazón.
                  
                 -¿Por qué late tanto tu corazón? -Me inquirió.

Es que es la primera vez que te abrazo con tanta fuerza y con tanto amor, siempre quise hacerlo, y pocas veces lo hice ¡No me dejes, no quiero que te vayas, quiero verte siempre!

                   -Entonces no te sueltes de mí, ni dejes de pensar en mí, porque para ver lo que verás, tan sólo basta el amor, y tu amor es como el mío, cuando todo lo hacemos con amor podemos ver, observar, oír y escuchar dentro de nosotros. Agárrate con más fuerza de mí, y ahora sí, sólo abre los ojos del alma, sólo los ojos de alma, nada más ¡Vamos, vamos!

No puedo ver nada, sólo siento que estamos abrazados, y que tú lo haces con más energía, pero no puedo verte, no me sueltes nunca por el amor de Dios.

                     -Te ciño a mí, porque te amo como a todos. Sólo abre los ojos del alma, piensa en todo el amor que nos tenemos y siéntelo sin límites, aquí, no hay nada de eso ¡Hazlo!

Sus palabras entradas en mi corazón, de pronto despejaron mi ceguera, lo había logrado ¡Lo hice! Ahora si te veo dentro de mí… ERES TÚ ¡DIOS BENDITO, ERES TÚ PAPÁ, ERES TÚ, TE VEO PERFECTO, YA NO ESTÁS ENFERMO NI TRISTE, DIOS MÍO, ES MARAVILLOSO!
¡Has despertado, tu rostro ya no palidece, tus bellos ojos se han abierto otra vez, estás de pie y caminas sin ayuda, ya me puedes responder!

                   -Puedo hablar y responderte porque estoy lleno de vida ¿No ves acaso mi abdomen? Ya no está hinchado.
Mira mi rostro, ha rejuvenecido más.
No necesito dormir, mis manos jamás han estado así, mira mis pies y mis piernas, ya no siento dolor ni malestar, ya todo pasó. La luz todopoderosa que está en el interior de todos nosotros, me permitió que esté así.
                 -Pero ¿Por qué lloras hijo?

Esperé tanto para verte así, todos hemos sufrido desde que te enfermaste, ven conmigo y con todos los demás para que se regocijen y se alegren sin cesar cuando te vean.

                   -Lo sé, siempre siento todo el amor que expresan por mí. El amor aquí es tan diferente, pero no me has entendido, cuando abras tus ojos externos, sabrás claramente por qué no puedo ir con ustedes. Seguiré vivo en tus recuerdos y remembranzas, también en las reminiscencias de tu madre y de todos a quienes amaré eternamente mientras no me hagan caer en la desmemoria.

¿Y dónde está él? -Le pregunté 
¿Tu hermano? Quiero verlo, abrazarlo y besarlo.
¿Dónde está?

                   -Él está muy cerca de Dios -Me arguyó, me prepara un hermoso camino de regreso.

Dile que lo amo como te amo a ti, que siempre pienso en él y que jamás lo olvidaré.

                  -Sé que lo siente desde donde está, y él también está repleto de amor, manténganlo en sus corazones, no lo olviden, porque él también vela por todos ustedes.
Ahora sí.
                  -Ya puedes cerrar tu mirada interna, y abrir tu mirada externa, hazlo por favor.

Tuve que hacerlo, y al abrir mis ojos, otra vez estaba metido allí.
Sigues pálido y desvaído, te has entiesado.
Tu cara y tus manos están rígidas, no es lo que me mostraste hace un instante a los ojos del alma ¿Por qué no sonríes? ¿Por  qué no despiertas? ¿Por qué no me contestas?
¡SANTÍSIMO DIOS, PERO SI ESTÁS MUERTO! ¡Tú no eres mi padre! Mi padre está lleno de vida…
Cerraba mis ojos desesperadamente para volver a verle, pero sólo había oscuridad.
Por el amor de Dios, hazme que te vea nuevamente como siempre he querido verte.
Déjame abrazarte con fuerza ¡Llévame otra vez contigo! No te vayas ¿Dónde estás papá? No me dejes por favor, todavía tengo mucho amor para ti, te necesito a mi lado, yo también estoy muy enfermo...
¡Levántame papá, levántame que ya no puedo más!


IX
Toda la triste realidad empapada de dolor, estaba frente a mí.
¿Por qué la muerte se ensañó así?
La enfermedad, la tristeza, el dolor y la inevitable muerte, nos habían vencido por segunda vez.
Aquella tarde, con el cuerpo sin vida de mi padre, envuelto totalmente con un plástico negro, allí, en el último nosocomio que tuvo como paradero, dos demonios de endurecida fase, vestidos de mugriento blanco, rápidamente lo trasladaron a la terrible sala de los muertos- donde sin pensarlo nos reunimos a su alrededor, para llorar su partida- a petición nuestra y con dinero en mano, lo ingresaron a un sucio y anexo cuartucho de la oscuridad, donde lo colocaron en una tétrica mesa de metal para limpiarlo y expulsarle aquel maldito líquido que se acumulaba en su vientre. Los servidores de la muerte, pidieron quedarse a solas con el cadáver, encerrados, actuarían como bestias desalmadas e insensibles.
Su cristiano cuerpo fue maltratado por estos miserables, no usaron el instrumental médico necesario para la circunstancia. Su abdomen había sido agujereado con punta de tijeras, fuimos testigos de las marcas que sólo manos diabólicas e infernales pueden dejar en el cuerpo de un ser humano.
Que Dios tenga piedad y les perdone.    
Tuve que encargarme de los trámites en la funeraria y demás diligencias, ayudado en todo momento de un hombre bueno, y que siempre estuvo a nuestro lado. 
Nunca imaginé que el viento soplaría y soplaría con tanta bravura, secando y tumbando incesante las hojas más bellas y más altas de la copa de nuestro árbol contemporáneo, y cuyas cortezas se van cayendo en diferente sentido.

                                                 X
El final había llegado.
Tengo que levantarme, el funeral acaba de salir para el cementerio.
Me había quedado dormido
Pero si falta una hora ¿Por qué han salido antes de tiempo?
Ya no hay nadie en casa, tendré que alcanzar el sepelio, creo que aún están cerca.
Y ¿Ya pensaste lo que vas a decir?
Tendré que hacerlo en su momento, tengo mucha pena.
Contemplando su semblante sin vida, y a punto de ser metido en el nicho del olvido y la corrupción, sólo me quedaba llorar el deceso y desaparición física de mi última estrella.
Mientras escucho las alocuciones en tu honor, prepararé mi breve discurso, y mirando bajo el vidrio fúnebre tu rostro ya sin vida, te diré:
Padre
Hoy hemos venido hasta esta tu última morada, no para decirte Adiós, sino hasta pronto, porque seguiremos el mismo destino y te alcanzaremos, sólo espéranos.
Todos los que te aprecian están aquí para rendirte honores, tus amigos y tus familiares.
Es que tu vida se caracterizó por la bondad, el amor y la alegría que nos diste.
Nunca te dije que te amaba, pero tú y yo lo sabíamos.
Sé que ahora estas flotando en lo alto, más allá de las nubes- observándonos desde arriba- para ir directo a tu reencuentro con Dios, porque su misericordia es mucho más grande que su justicia.
Gracias por haber sido mi padre, por el respeto que nos diste, y por todo esto…

Su figura física maltratada y su triste enfermedad, desaparecieron para siempre dentro del ataúd encapsulado color caramelo, que se ingresó a su sepultura, siendo  tapado inmediatamente ante la pena enclavada en las almas de los que algún día, seremos también el meditar y cavilar principal de las mentes cabizbajas por nuestra segura partida. 
Algunas veces la vida camina a paso lento con alegría, y la muerte corre inexorable e implacable, desbaratando la felicidad que cierto día aparenta existir en este mundo.
Uno nace en esta vida para morir en el momento menos pensado, y muere para nacer y vivir eternamente, pero en el alma que somos, debe quedar albergado el recuerdo bueno y perenne de los que ya son parte de la eternidad.
La muerte en este mundo sólo puede ser vencida por el extraordinario coraje y el amor a la vida que con la divina esperanza y fe, sabemos que llega al atravesar el umbral del temible óbito, y por el amor a un Dios, que jamás veremos si cada vez vamos cerrando más los ojos del alma.
Si el alma de un ser humano se manifiesta con grandeza dentro del cuerpo ¿Con cuánta más esplendidez se manifestará cuando esté fuera de él?     
La enfermedad, el dolor y la muerte, nos devuelven a una realidad: La inhumanidad de muchos seres humanos, y el conocimiento tardío de la fragilidad y cristalidad de la vida, siempre, hay que estar preparados espiritualmente, pues con seguridad, un viaje insoslayable tendremos que realizar y no sabemos cuándo, cómo, ni dónde.

  
XI
Muchas veces mirando al cielo atardecido y a la silenciosa noche venidera, me vence la pena, y son mis lágrimas internas en compañía sólo de mi tristeza, las que me comunican con los más hermosos recuerdos.
Sé que no volveré a escucharlos ni verlos más en esta vida, como cuando llenos de salud les veía imponentes y pensantes. Cuanto daría por abrazarlos, besarlos,  y decirles que los amaba y que eran mi gran ejemplo.
Las flores y las rosas se marchitan cuando pienso que todo se acabó- y se me vienen a la mente las  palabras del salmista bíblico; que con temor, alzando su mirada a los límpidos cielos nocturnos, se preguntaba: “Señor, cuando veo tus cielos, las obras de tus dedos, la luna y las estrellas, que tú haz preparado ¿Qué es el hombre mortal para que lo tengas presente, y el hijo del hombre terrestre para que cuides de él?” No obstante, para encontrar la vía de la resignación, trato de mirar en mi mundo interior, donde veo a mi padre, mi mejor amigo, el niño querido, y a su pequeño hermano, gran ejemplo de amor y amor de mi vida, asidos de la mano, saltando de alegría y felicidad, brillantes como el sol, porque el padecimiento y la agonía que los desprendió de este mundo, los condujo hasta las cascadas cristalinas e infinitas de las  divinas montañas, allá, donde hermosísimos pajarillos, danzan y cantan incesantemente y a la perfección, bajo una lluvia de estrellas celestiales, las melodías de los recuerdos más bellos del mundo.

















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