12/6/10

EL DERECHO Y LA MAGISTRATURA. LA REALIDAD DE UNA TRISTE DECAIDA, Y DE UN DESPRESTIGIO EN ASCENSO.

CÉSAR MIGUEL OCAÑA RAMÍREZ
ABOGADO REG. CAP Nº 912.
Miembro del Estudio Jurídico “Rolando Ocaña Ramírez”


EL DERECHO Y LA MAGISTRATURA.
LA REALIDAD DE UNA TRISTE DECAIDA, Y DE UN DESPRESTIGIO EN ASCENSO.

TODA SOCIEDAD EN DECADENCIA, ES PROPICIA A LA MEDIOCRIDAD, Y ENEMIGA DE CUALQUIER EXCELENCIA INDIVIDUAL: José Ingenieros.
En dos pretéritas oportunidades, hemos tratado temas relacionados con la mediocridad de los jueces, y de la justicia que creen impartir con infalible precisión, aquellos que carecen de humanidad, inteligencia, sencillez, respeto y valentía.
Esta vez, obligados por la coyuntura actual y negativamente continua, de la incesante proliferación de “abogados” tirados a la palestra, y de la inefable designación de algunos magistrados suplentes y provisionales, tanto en el Poder Judicial como en el Ministerio Público, manifestaremos nuestra humilde y constructivista postura crítica, expresando nuestra indignación AB IMO PECTORE, esto es; de todo corazón y con entera franqueza, respecto de cómo el Derecho y la Magistratura, otroras respetables y difícilmente accesibles, profesión y cargo IUS HONORUM respectivamente, han caído en manos de la incompetencia y del desprestigio.
Reconocidos abogados y magistrados, no nos dejarán mentir; respecto de la existencia de “universidades inescrupulosas”, con notorio descrédito, y que con una facilidad extremista, e impresionante velocidad: Ofertan la “Carrera de Derecho” (presencial, virtual o a distancia), transformando en “abogado”, a quienquiera (incluidos reconocidos tinterillos) que a la salida del sol, desee poseer un mero “título profesional”, denigrando y desprestigiándose la que tiempo atrás, fuera la honorable y respetabilísima PROFESION DE DERECHO.
RES NON VERBA, para decir que hacen falta actos, efectos y no palabras, la Magistratura; dignidad o cargo de quienes Administran Justicia, ha decaído de manera azorada, frente a la designación como “jueces” y “fiscales” suplentes y provisionales, de quienes jamás en su vida onírica, imaginaron o abrazaron la idea de ser “abogados”, menos, “magistrados”. Pasar de mesa de partes, de una secretaría judicial o presidencial, o rápidamente del egreso universitario, a despachar un Juzgado o Fiscalía; es vertiginoso para quien por su falta de preparación humana y profesional, se marea, y cae, en un perjuicioso letargo mental, que no sólo los envuelve en el complejo de la mediocridad, sino que también, los estanca en el umbral de la oscuridad al momento de aplicar las leyes, sin interpretarlas debidamente; leyes que nunca acabarán de entender. Errando así, en sus decisiones aún transcritas de textos legales y doctrinales, por su deficiente formación, reducida intelectualidad, e improvisado y jamás pensado ingreso a la “magistratura”.
A la fecha, existen miles de “abogados” trashumantes, que se han pululado por obra y gracia de las “universidades” aludidas UT SUPRA, donde es requisito SINE QUA NON, matricularse y dejarse arrastrar lo más rápido posible por la corriente, incrementándose el registro de los colegiados locales, en un aproximado de 2,500. Existiendo a nivel nacional, un promedio de cincuenta mil “estudiantes de Derecho”, sólo en estas “casas superiores”.
Sostiene el maestro Juan Marcone Morello: NO ES MALO QUE LA GENTE PROGRESE, PERO NO EN ESA FORMA.
Alfonso el Sabio, según Guillermo Cabanellas: Honró la profesión de los letrados, (lo que debe entenderse, que sin sacrificio y aptitud, cualquiera no debería asumir esa calidad).
El eximio Luis Jiménez de Asúa: Refirió con alta autoridad, que la Universidad, no puede eludir el deber de formar profesionales (dicho sea, profesionales a carta cabal). Indicando que la inmensa mayoría de alumnos que se matriculan en las facultades de Derecho, piensan, sólo en ser meros profesionales.
Carlos Ferdinand Cuadros: citó en una de sus obras: La mordacidad incisiva de Pío Baroja, hacía decir a uno de los personajes del “Tablado de Arlequín”: “No sirves para nada útil, estudia para abogado”.
Entonces preguntándonos decimos:
¿Existe un verdadero respeto a la Carrera Profesional de Derecho y a la Magistratura?
¿Llama actualmente la atención, ser un abogado o magistrado suplente o provisional?
¿Es justo que conocedores y expertos abogados, con años de ejercicio profesional, y que se desempeñan como secretarios judiciales, salidos de reconocidas universidades, no puedan acceder a un merecido cargo (Juez o Fiscal)?
¿Es correcto, que “abogados” recién salidos de estas universidades, alegándose que la experiencia de tanto tiempo como secretarios judiciales, presidenciales, o encargados de mesa de partes; es la justificante para designárseles como “Jueces”?
¿Es Honesto designar “Juez de Paz Letrado” o “Especializado” suplente o provisional, a cualquier servidor judicial, en base a la amistad, imprecación o necesidad?
¿Qué clase de sentencias o disposiciones; podrán expedir este tipo de magistrados?
CON ESTO, EL DERECHO Y LA MAGISTRATURA CONTEMPORANEA, SON LA REALIDAD DE UNA TRISTE DECAIDA, Y DE UN DESPRESTIGIO EN ASCENSO.
Decían las lejanas palabras de mi padre: (cuya imagen perenne grabada en mi mente, provoca lágrimas incesantes en mi corazón, al recordarlo e imaginarlo en un cielo inimaginable): “Tratar a hombres iguales, en circunstancias iguales, de modo igual”, es el primero y más importante de los mandamientos de la Justicia. Yo personalmente, considero que para hacer y conseguir justicia, es preciso despojarse de falsas posturas puritanas, que a la postre resultan desdorosas cuando se trata de aplicarla sin sentido humano; pues la justicia para sedimentarse, necesita nutrirse siempre, NO SÓLO DE SABIDURÍA Y HONESTIDAD DE LOS LLAMADOS A OTORGARLE; SINO SOBRE TODO DEL BUEN TINO Y CALOR HUMANO QUE ESTOS IMPRIMAN EN SUS DECISIONES JUDICIALES”.
ARTÍCULO PUBLICADO EL AÑO 2009

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