22/9/09

FALACIA PROCESAL Y DEICIDIO: MUERTE DE JESUS DE NAZARETH.


Todo proceso penal, como es de conocimiento jurídico, debe contar desde su inicio hasta su fin, con un mínimo de garantías y medidas de legalidad (Debido Proceso).

En el presente artículo, intentaremos exponer brevemente, algunos puntos de interés, respecto, a cómo es que se llevó a cabo el injusto proceso a Jesús de Nazareth. Se mencionará para tal efecto algunas citas bíblicas, las mismas que nos servirán para argumentar, desde el punto de vista procesal, el tema a tratar.

El 5 de abril del año 783 de Roma, en casa del sumo sacerdote Caifás yerno de Hanán: El Consejo Supremo de Judea (SANEDRIN), conformado por 71 miembros, entre sacerdotes, escribas y ancianos, se reunía por tercera vez y durante la noche, para planificar EL MODO DE APREHENDER, Y LA FORMA DE MATAR A JESUS.

Jesús, había despertado el odio Judío, sus perfectas enseñanzas, sus maravillosos milagros, la cura de innumerables enfermos, el acatamiento de la naturaleza a sus órdenes, y la resurrección de los muertos, había engendrado en sus complotadores, la idea, de que el llamado HIJO DE DIOS y sus seguidores, constituían un peligro para la clase dominante.

Llegada la medianoche del 6 de abril (14 Nisan del Calendario Judío), en el Huerto de Getsemaní: Jesús, luego de una fuerte hematidrosis, aguardaba aterradamente lo que le esperaba: Llegarían miembros del Sanedrín, el apostol traidor, y feroces enemigos, quienes motivados, por el odio a muerte que sentían hacía él, lo aprehenderían como a un peligroso delincuente, todo, encaminado a ejecutar y consumar con la coautoría criminal de la Procuradoría Romana y a través de una Falacia Procesal; El más grande, imposible, e injusto de los crímenes: EL DEICIDIO: LA MUERTE DE JESUS DE NAZARETH.

Mateo; Cap. 27 Vers. 1: “Venida la mañana, todos los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo, entraron en consejo contra Jesús para entregarle a muerte”.

La desesperación cundía en el Consejo: Caifás, argumentaría así: “Vosotros no comprendéis nada y no pensáis que es sano el pensamiento, de que un solo hombre muera por el pueblo, y no perezca toda la nación”, la decisión, revestida de insubsanable ilegalidad, había sido tomada.

Conocido es, tomando como base los evangelios y la teoría procesal penal, nacional o comparada, la plena ilegalidad de la cual estuvo revestida la detención, el juicio, y la posterior condena de crucifixión de JESUS.

En aquel tiempo, conforme a las normas procedimentales que regían la ley Judaica. La reunión que sostuvo el Sanedrín aquel 14 Nisan, no tuvo ninguna base fáctica, ni legal (en su ámbito formal y sustantivo).

La misma, se llevó a cabo el primer día de los ázimos (vigilia de la pascua), durante la noche y en casa de un consejero. No se contestó ninguna acusación. No se redactó acta alguna de audiencia pública.

El sanedrín asumió el papel de juez y parte. Se recurrió al secuestro, a la calumnia, se buscó falsos testigos, y se pronunció sentencia IPSO FACTO por aclamación, y después de un interrogatorio engañoso. INDEBIDO PROCESO

La ley judaica, respecto de la cual el Sanedrín debía obligatorio cumplimiento, mandaba que los juicios por graves delitos, tenían que actuarse y adelantarse en el gazith hasta su fin. No en casa de ningún sanedrita, ni durante la noche y en vigilia de la pascua (fecha especial, unicamente reservada para los debates públicos de tema jurídico).

Las sentencias, (excluída la pena de muerte) deberían dictarse al día siguiente de terminado el debate, previa deliberación y en voto regular verificado por los escribas. Y los testigos al menos dos de ellos tenían que estar de acuerdo para que este medio, conforme al Derecho Romano y Judaico de la época, constituyera prueba legal.

Vendría así la acusación por Sedición y Blasfemia, la rasgadura de vestiduras, y los duros golpes con palos, puños y escupitajos en señal de odio y desprecio (Ilegalidad absoluta).

MATEO; Cap. 27 Vers. 2: “Y le llevaron atado y le entregaron a Poncio Pilato el gobernador

En la mañana del 7 de abril, siendo Herodes Antipa, Tetrarca de Galilea y Tiberio Cesar, emperador Romano. JESUS, encadenado, fue llevado ante el Gobernador de Judea: Poncio Pilatos, para que le juzgara por los delitos de Sedición y Blasfemia.

A las feroces acusaciones contra JESUS, siguió un breve interrogatorio por parte de Pilatos, quien a la luz de su autoridad, jurisdicción y criterio, culminaría en este punto un proceso penal puesto en su conocimiento; Poncio Pilatos declaraba inocente a Jesús, al no hallar delito en él.

JUAN; Cap. 18 Vers. 31: Entonces les dijo Pilato: Tomadle vosotros, y juzgadle según vuestra ley. Y los judíos le dijeron: A nosotros no nos está permitido dar muerte a nadie

Poncio Pilatos había resuelto una causa sometida a su jurisdicción, empero, la decisión de no retirarse en aquel momento le haría caer eternamente en un acto imperdonable para los seres humanos (del que años más tarde según dicen algunos estudiosos, lo llevaría a arrepentirse de sus delitos, haciéndose cristiano y muriendo martirizado).

Decretada la inculpabilidad de Jesús por el Consul Romano, el sanedrín optaría por la vía ilegal, Pilatos, y una cobardía que lo enfocaba fuera de toda actitud judicial Romana, intentaría eludir la feroz presión asesina, sin embargo, la obstinación de los acusadores bajo el peso de la tentación criminal, iría en aumento:

JESUS ES GALILEO” le dijeron; era la oportunidad de deshacerse de responsabilidad resumiría Pilatos. Al ser Jesús Galileo, era competencia del Tetrarca Herodes Antipas. Cuestión de incompetencia impróspera. Herodes lo regresaría a Pilatos

LE CASTIGARE Y LUEGO LE DEJARE LIBRE” refirió Pilatos. Propuesta rechazada por la turba.

ELIJAN ENTRE JESUS Y BARRABAS; LADRON Y ASESINO” propondría el Gobernador. El pueblo del 7 de abril, ya no era el mismo que el 2 de abril recibía gloriosamente a Jesús.

JUAN; Cap. 19 Vers. 1: Así, que entonces, tomó Pilato a Jesús y le azotó

ECCE HOMO”. Conmovedoras palabras: “He aquí el hombre”, que no despertaría en absoluto el pesar de los furibundos enemigos de Jesús, quienes contrario sensu exclamaron el terrible ¡CRUCIFÍCALE!, ¡SI LIBERAS A ESTE, YA NO SERÁS AMIGO DEL CESAR, PORQUE QUIEN SE PROCLAMA REY, OBRA EN CONTRA DEL CÉSAR! A la primera respuesta en contra, Pilatos sabía que una asonada se le vendría encima, generando una sanguinaria consecuencia, y las inevitables explicaciones a Tiberio, con un seguro ostracismo o muerte para su vida.

Todo estaba escrito; el Procurador de Judea: Poncio Pilatos sentenciaba a muerte a Jesús, ratificando la injusticia y arbitrariedad de un remedo y vergonzoso proceso penal que no se ajustaba a lo dispuesto en las leyes Romanas ni Hebreas; Pilatos, redactaría la misma en las actas que posteriormente le entregaría a Tiberio.

SOY INOCENTE DE LA SANGRE DE ESTE JUSTO, PENSADLO TAMBIEN VOSOTROS”, el influjo onírico de Claudia Prócula esposa del Cónsul, haría que Pilatos se lave las manos aparentando limpieza de responsabilidad en la muerte de JESÚS.

Todo estaba consumado, TRES HORAS DESPUÉS, habiéndose vulnerado los más elementales derechos de un ser humano JESÚS (Dios encarnado, sublime maestro del amor, de la verdad y del perdón, predicador de las buenas nuevas y de la METANOIA, y que enseñó que Dios, no era el que inspiraba miedo buscando la gloria de un solo pueblo, sino que era el padre de todos, de los buenos, de los malos) MORIRÍA ASESINADO, CLAVADO EN LA CRUZ DEL GÓLGOTA ENTRE DOS LADRONES, SOLO, ABANDONADO Y SIN AMIGOS.

Tres días después resucitaría por la mañana, para luego encaminarse a su Reyno, el Reyno inalcanzable de Dios.

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